miércoles, 12 de mayo de 2010

Son todos unos putos




Aníbal Fernández se calentó debido a un chiste de “La Nelly”, tira que publica el diario Clarín, en la cual sintió que tildaban a dos de los guardias de la custodia presidencial de “putos tragasables” según palabras del propio ministro. Bajo la inminente amenaza de que les apedreen el rancho, los mismos dibujantes se vieron obligados a cambiar los nombres de los personajes. Desconcertado, levemente indigestado y algo cachondo me dirigí a las oficinas de Aníbal, donde entre tinto y sambuches de bondiola discutimos sobre el tema en cuestión.

-Aníbal, me gustaría que me cuente en sus propias palabras el incidente con la tira “La Nelly”, porque se están diciendo muchas cosas, vio.
-Como no, querido. El tema es que esa manga de caricaturistas retrógrados no tuvo mejor idea que incluir mensajes subliminales en sus chistes, y es algo que este gobierno no está dispuesto a aceptar.
-¿Mensajes subliminales? ¿No eran “mensajes mafiosos”?
-Si, en un principio eran solamente eso, pero el comité kirchnerista de mensajes subliminales encontró uno de estos intentos de lavados de cerebro, justamente leyendo los diálogos del texto al revés, y dice: “Yvan eht nioj, yvan eth nioj, Anibal sos un maricón como tus guardaespaldas, pechofrío.”
-No me lo hubiese imaginado... mire usted, ¿eh? Por eso fue que tomó represalias contra los escritores.
-En realidad, lo de que soy un pecho frío son puras patrañas, en la cancha juego de doble 5, te recupero la pelota y distribuyo. Soy un león en la cancha, pongo fuerte la pierna y trabo con ganas. Lo que sí me molestó fue la inclusión de los nombres de los guardias en el chiste homofóbico.
-Si, concuerdo, la homofobia es intolerable en una sociedad tan progresista y abierta como esta.
-Exactamente. Además, ¿vos te pensas que voy a dejar que un sobapetes me cuide la retaguardia? No querido, ni ahí. Me doy vuelta y me empernan, si son como perros en celo los maricones, no dejan títere con cabeza. Al insinuar la homosexualidad de estos custodios, implícitamente insinúan la mía. Y utds., que se piensan, ¿Que mi vieja me crió para que me guste la carne en barra?
-Obviamente que no. Pero, ¿Y entonces en qué quedamos?
-Quedamos en que de ahora en más no me dicen más que soy un puto y yo no los mando más a fusilar.
-¿Cómo? ¿Los mandó a fusilar?
-Y si querido, ¿Qué se supone que iba a hacer? Si me muestro blando me comen crudo. Esto es la jungla de concreto, este gobierno está lleno de carroñeros. Los que están en este momento en las oficinas del Clarín son impostores, robots espías diseñados para reportar ante Kristina posibles futuros casos de subversión, escuchamos rumores sobre un estallido revolucionario entre los escritores de tiras cómicas. Y usted se me queda calladito o no le sigo mandando esa canasta con fiambres y quesos del Bolsón que le llega todos los meses.

En esos momentos sonó el teléfono en su despacho, el cual atendió apresuradamente. Con la mano restante aprovechó para mostrarme la puerta de salida.

1 comentario:

El Rag dijo...

Acá hay Skrulls involucrados, a mi no me jodás.