sábado, 26 de junio de 2010

UNA VEZ MÁS!!!! Tarea del taller de escritura en la cual la profesora nos dió la oración del principio y nosotros teníamos que continuar desde ahí, y bueno, pintó escribir esto.

Hay gente tan delgada que a veces las arrastra el viento. Y ellos aprovechan; los he visto agarrados unos de otros formando complicados entramados de personitas en el cielo, como si se tratara de un barrilete gigante. A veces usaban una sábana gigante para poder planear mejor y aprovechar el viento de esta región, que todos los días sopla muy fuerte.

Pero no cualquiera puede recorrer el cielo. Esta gente es especial, parte de una extraña minoría que nadie sabe cómo surgió acá, en está mismísima ciudad, pero lo cierto es que poco a poco, paulatinamente, comenzó a aparecer gente así, literalmente delgada como el papel. A veces se ponen de perfil y yo los veo, son planos. Es como si fuesen una plancha de cartón de costado. Pero a ellos no les molesta; incluso gracias a esta gente la economía ha mejorado, han surgido negocios para satisfacer sus peculiares necesidades, como casas de ropa especializadas, de comida, muebles, etcétera. La única prenda de vestir que comparten con nosotros son las zapatillas, que usan como una suerte de ancla cuando no quieren salir impulsados por el aire. Usan esas zapatillas gordas de invierno, o borceguíes en su defecto, es muy chistoso verlos caminando con eso por las veredas y calles de la ciudad, a veces con gran dificultad porque son muy pesadas para ellos. Y cuando ya se cansan de caminar y les da ganas de salir a planear un rato por encima de los edificios, se desatan los cordones ahí mismo, y se elevan rápido.

Vivimos en total armonía con estas personas, quienes son muy cordiales y amigables salvo en los días nublados que andan ajetreados, apurados como hormigas, preocupados por si se desata una llovizna sobre ellos, porque no pueden salir volando con la lluvia, y además los molesta, a veces pareciera que son verdaderamente de papel. Lo que no hacemos es relacionarnos genealógicamente con ellos, cada uno se enamora, se casa, y tiene descendencia con los de su clase. No es que haya alguna restricción o algo que nos lo impida, simplemente no nos encontramos atractivos entre nosotros; he llegado a entablar grandes amistades con varios de ellos, pero nunca se dio una relación amorosa entre nosotros, y nunca le pasó a nadie que yo conozca. Y a pesar de esto, es curioso como su número va aumentando, mientras nosotros somos menos y menos cada vez que me pongo a mirar a la gente en la calle o en un bar o en el cine; para esto tengo una hipótesis, creo que un día te podes despertar y de pronto te miras y sos plano así como ellos. Por eso cada noche me acuesto con los borceguíes que me compré la vez pasada, porque capaz una noche no me doy cuenta, me vuelvo plano, y encima entra una ventisca por la ventana y me arrastra hacia afuera, nunca se sabe. Igual, no sé si su vida será mejor o peor que la nuestra, pero estaría bueno para nosotros, que nos arrastramos cerca del nivel del piso, poder ver las cosas desde arriba, contemplando cuan chico es todo en realidad, sin que los edificios nos tapen el amanecer ni el ocaso. 

lunes, 21 de junio de 2010

Piratas del Caribe 4: Jack Sparrow vs. los persas de 300


Ayer en el día del padre, fui a almorzar con mi papá y con mi hermana a Quilmes, y después fuimos al cine a ver Toy Story 3, que dicho sea de paso, es genial. GENIAL. Pero cuando salimos de la sala, el picarón de mi viejo nos dice “colémonos en esta, total nadie vigila”, y yo que no tenía nada mejor que hacer en mi casa acepté. En la pantalla no estaban dando ni más ni menos que “El príncipe de Persia: Las arenas del tiempo”; les tiro una sinopsis del guión para que más o menos sepan de lo  que les hablo. Resulta que hubo una vez en el imperio persa un rey muy poderoso y muy sabio y muy justo que, como estaba muy al pedo, además de tener a sus hijos biológicos, le pintó adoptar a un vago de las calles. Y bueno, resulta que este vago a quien nadie quería ni daba un sope termino convirtiéndose en el príncipe más fachero de toda Persia, Jake Gyllenhaal, para la envidia de sus dos hermanos a quienes no les hacen muchos primeros planos. El punto es que además de ser híper sexy, también es un súper guerrero que ayuda en la invasión a una ciudad sagrada con una princesa medio hechicera también o algo así (me cacharon, no le presté mucha atención a la película). En la batalla se encuentra con una daga mística que tiene el poder de retroceder en el tiempo y si se une con un súper reloj que está debajo de la ciudad destruye el universo. La trama se complica cuando el rey muere envenenado y a Dastan (Gyllenhaal) lo culpan del asesinato, que en realidad es parte del plan maestro del hermano del rey, el pelado maldito este. En fin, el pelotudo del príncipe usa la daga esa del orto para hacer un par de volteretas re copadas en un par de peleas re aburridas, se curte a la princesa (que es la misma boluda que hace de hechicera en Furia de titanes por cierto, parece que las actrices idiotas escasean en Hollywood), vuelve a usar la daga para volver el tiempo atrás hacia el comienzo de la película y así evitar todo el quilombo y desenmascara a su tío el garca antes de que actúe (sisi, el peor guión del mundo).

¿Qué más decir sobre esta bazofia? Es la reina de las bazofias entre todas las bazofias. Bazofia. El protagonista no da para hacerse el chistoso/andrajoso/hot/groso, todo a la vez. Después tiene a un par de sidekicks malísimos con la misma fórmula que Piratas del Caribe, pero que acá no dan gracia, como el comerciante medio garca medio bueno, el negro groso que la come cerca del final sacrificándose para el protagonista, y otros giles más. Una película que no me enganchó en ningún momento, yo me quería parar e irme a los 30 mins de empezada, pero mi viejo la quería terminar de ver por algún motivo misterioso, así que durante toda la película me anduve mandándome mensajes para no quedarme dormido. Las escenas de acción no entretienen. Las partes esas chistositas de tensión sexual entre los protagonistas dan vergüenza ajena. El guión es obvio. Los personajes tienen menos profundidad psicológica que una berenjena. Y bueno, es un garrón esta película. Jerry Bruckheimer te deseo muerte e impotencia sexual.

Y como conclusión, quisiera añadir un listado de enfermedades que preferiría padecer antes que volver a ver esta película:
  • Gonorrea
  • Fiebre amarilla
  • Síndrome de Diógenes
  • Cáncer de todo
  • 5 tiros en la nuca
Y si a ustedes les gustó, son unos idiotas. Muchas gracias y vuelva pronto.

lunes, 14 de junio de 2010

Empiezo a teclear sin saber que escribir, pero me gusta teclear. En mi bata y recostado en el respaldo de la silla, le bajo el brillo al monitor para que no me joda, la hoja blanca del Word parece gris. Y mi vieja faltó al laburo hoy y la escucho en la cocina preparando pastel de papa para la cena. Escucho música un rato, juego al Super Smash en el emulador de Nintendo 64, boludeo en internet, pero todo me aburre, no me soporto. Hoy salí tarde del laburo porque mi jefe quiso hacer como una reunión de todo el personal para “aclarar metas y tirar todos para el mismo lado”, que básicamente significa “dejen de rascarse la reputaqueloparió” y bueno, eso. Sigo tecleando. Lo peor es que como que hice una anotación mental que era “dejar de postear boludeces personales en mi blog, no solo porque a nadie le interesan sino como que da para subir solamente textos limes y hacerme super popu y comprarme un inodoro de oro sólido y blablablá”, pero que más da. En la reunión de trabajo habían un par que no laburaban el lugar donde estoy yo, y una cuarentona rubia se ganó mi odio, no sé, era re odiable, tenía esos anteojos cuadrados y finitos que usan las oficinistas para parecer más inteligentes. Ojalá le de cáncer. Y también había otra vieja que tampoco conocía, vivía acotando idioteces sobre lo que decía el gerente para hacerse la chistosa. Igual no creo que le quede mucho tiempo de vida. Sigo tecleando.

jueves, 3 de junio de 2010

Otra tarea más del taller de escritura en la cual la profesora nos daba los títulos de los cuentos y nosotros teníamos que hacer micro-cuentos de hasta 15 renglones basándonos en los títulos y bueno, salio esto. Ni se porque lo subo, pero me gusta que el titulo de la entrada sea estúpidamente largo JEJ

MINOTAURO
Aquel par de cuernos coronaban la testa del Minotauro. Aún desgastados, amarillentos y rayados, eran motivo de su orgullo. Maldecido desde su nacimiento, producto de un enfermizo encuentro entre su madre y un toro; resentido contra la plebe griega y sus dioses, recorría diariamente su laberinto, las pezuñas de sus patas retumbando en las paredes de piedra. Y lo seguiría haciendo hasta el fin de sus días, alimentándose de pobres diablos que osaran entrar en su interminable y caótica guarida, de la cual nadie había podido escapar con vida. Los bloques de granito eran sus únicos confidentes. Conocía de memoria cada bifurcación y desvío de los caminos, los cuales parecían siempre cambiar y no demostrar ningún patrón reconocible para el ojo inexperto de las pobres victimas que los recorrían; estas terminaban exhaustas de caminar en círculos hasta llegar a un pasillo cerrado, encontrando la muerte a manos del Minotauro en forma de sablazo o de una mismísima cornada. Y cuando ya se sintió invulnerable, seguro de su completo dominio de aquel escenario y de su poderío sobre los simples humanos, llegó Teseo, con una cuerda en una mano y una espada en la otra.

LA LIEBRE & LA TORTUGA
La liebre, después de varias horas en el psicoanalista debido a su derrota contra la lenta e insulsa tortuga, llegó a la conclusión de que en realidad había perdido por errores suyos y no por mérito propio de aquel nefasto reptil rastrero, y que si íbamos a los hechos, aún seguía siendo la más rápida de las dos. Además, ¿Qué tipo de fábula es aquella que castiga al habilidoso y premia al débil? Cuanto más indagaba sobre la cuestión más indignada y furiosa se encontraba con el escritor que la había puesto en semejante ridículo al perder esa carrera. Decidió volver a buscar a la tortuga, jugarle la revancha, ganarle sin ningún problema y después ir por aquel ignorante e inútil escritor bueno para nada que se pensaba que podía humillarla para dar el ejemplo. Iba a morderle las manos hasta que ya no pudiera ni levantar un lápiz. Una vez empezada está nueva carrera, la liebre tomó la delantera rápidamente, dejando atrás en unos pocos metros a su perpleja contrincante. Pero antes de alcanzar la meta, a pocos metros ya, sintió (y supo) que nunca llegaría a esta. Los maquiavélicos designios que tenía el escritor para ella eran distintos, de ninguna manera iba a permitir que su historia se tergiversara de esta manera y mucho menos que sus manos fuesen mordisqueadas. No. La liebre cayo dura, víctima de un infarto, a escasos centímetros de la línea de llegada.

A GUSTO Y  PIACERE
Empezó a llover café, café tibio y azucarado por sobre las cabezas de los transeúntes, tiñendo sus ropas de un cálido y rojizo marrón, manchando las paredes y salpicando el piso de concreto. Luigi miraba estupefacto como aquella llovizna daba paso a un chaparrón de caramelo derretido, un viscoso liquido que se escurría de entre los techos y dificultaba el andar de las personas, haciendo del camino un sendero pringoso en el cual los zapatos de la gente se quedaban pegados como si fuese velcro. Reaccionando rápidamente, volvió hacia adentro de su casa en busca de una cucharada sopera, para conseguir todo el caramelo posible. Agarró también la cacerola más grande que encontró, y salió decidido a ingerir tanta azúcar como su cuerpo se lo permitiera. Un granizo de gomitas y chicle ahora golpeaba levemente los parabrisas de los autos, un abanico interminable de colores rebotaba en los paraguas y sombrillas de los peatones que continuaban apurados yendo y viniendo de sus destinos, ignorando en su mayoría esta asombrosa anomalía climática. Había dulces a gusto y a piacere, parecía que la fantasía de Luigi se había cumplido finalmente. Comió, comió y comió hasta que la lengua perdió el gusto, comió hasta que la dentadura se le cayó, comió hasta que sus venas bombearon azúcar y siguió comiendo.