viernes, 2 de abril de 2010

Algún día esto será un Best-Seller, Dan Brown comela



El fanatismo se expandió como un cáncer galopante en la mente de la población. A paso firme fue ocupando el espacio de la cultura, la moral, la ciencia. Y también el de la religión, porque si bien no era un fanatismo religioso,  se asemejaba por el grado de ortodoxia que demostraban sus fieles seguidores. Como el pasto que crece entre el cemento, terminó carcomiendo un sistema de valores ya devastado antes de que este peculiar fenómeno asestara el golpe final. Y así fue como el fulbo  y sus clubes delimitaron una hermética separación de la sociedad, similar a los estamentos del antiguo régimen. Muy pronto los candidatos políticos recitaban sus discursos frente a la multitud con una camiseta puesta. Una vez en el poder, la guerra civil entre los clubes no se hizo esperar: ejércitos de fervientes hinchas se enfrentaban en las ciudades, por el control de las mismas.  La nueva división política del territorio era el próximo paso lógico a seguir: República del Manchester United, Estados unidos de Barcelona, Villa Juventus, Península Velez Sársfield, Avenida Beto Alonso, etc.  El mundo fue reorganizado de acuerdo al poderío económico de cada club, su cantidad de fanáticos y su desempeño en las distintas ligas.

La estatua del chango Cárdenas se erguía imponente en la noche, frente a la sede de Racing Club.  Agazapado en la penumbra, Edgardo Katmandú  recapacitó una última vez antes de oprimir el interruptor que activaba las cargas explosivas. Sentía su corazón dando violentos vuelcos debido a la excitación. Finalmente y luego de un arduo trabajo de planeamiento e infiltración, él y sus compañeros iban a conseguir derribar los cuarteles generales de uno de sus más acérrimos enemigos. Luego de pasados unos minutos salió de su ensimismamiento y gritó – ¡AMARGOS! ¡EL ROJO ES PASIÓN! – mientras llevaba su pulgar hacia el botón. La sucesión de estallidos en la base del edificio desestabilizó su estructura y lo hizo colapsar sobre sí mismo. 

PD: Jar jar binks sos lo peor que le pasó al mundo

1 comentario:

Anónimo dijo...

"La battalla de Avellaneda"