Halloween. Una fiesta originalmente creada para golpear sindicalistas irlandeses y expulsarlos de Springfield. A medida que pasaron los años, el simbolismo de esta fiesta cambió y cobró otro sentido, aunque siguieron golpeando irlandeses.
Dos veces me disfracé en mi vida para una fiesta. La primera fue de Dracula para una fiesta de cierre de temporada en el club veraniego al que iba, a los 11/12 años. Una remera blanca, una capa, peinado con gomina y una dentadura de vampiro postiza. Ah, y shorts. Dracula también transpira cuando hace 30 grados. Obviamente nadie sabía de qué estaba disfrazado y hasta hubo uno que me dijo “ahí va el zorro”, así que tenía que mostrar mi dentadura postiza llena de baba, porque era demasiado grande para mi boca y me costaba tragar la saliva. Hasta hace un par de años la tuve tirada por ahí. Ugh.
Ya pocos recuerdan esos días.
Dos veces me disfracé en mi vida para una fiesta. La primera fue de Dracula para una fiesta de cierre de temporada en el club veraniego al que iba, a los 11/12 años. Una remera blanca, una capa, peinado con gomina y una dentadura de vampiro postiza. Ah, y shorts. Dracula también transpira cuando hace 30 grados. Obviamente nadie sabía de qué estaba disfrazado y hasta hubo uno que me dijo “ahí va el zorro”, así que tenía que mostrar mi dentadura postiza llena de baba, porque era demasiado grande para mi boca y me costaba tragar la saliva. Hasta hace un par de años la tuve tirada por ahí. Ugh.
La segunda fue para mi viaje de egresados de la primaria, un amigo y yo decidimos disfrazarnos ambos de zombies: nos sacamos la remera, nos pasamos plasticola y un poco de harina por el cuerpo para que pareciera piel leprosa, nos hicimos sangre con un pintalabios, y a darle átomos. Obviamente no fueron los mejores disfraces de la fiesta, incluso mi amigo no parecía un zombie en lo absoluto porque otro pibe que nos había ayudado con los disfraces usó el pintalabios como el culo, dibujando una especie de símbolo de interrogación “?” en la cara, por lo que fue conocido como “el zombie misterioso”. Una vez en la fiesta, me di cuenta de que no estaba tan cómodo bailando por ahí en mi torso desnudo flacucho y lleno de pintalabios entre gente que no conocía, así que le saqué la mascará de mono a un compañero y me la puse. Era ahora un gorila zombie. Al final del viaje, se hizo como una pequeña reunión de despedida en la cual nos daban “premios” sobre algo que resaltó en nosotros, hacernos sentir mejor o lo que sea. Mi amigo y yo recibimos ambos el premio “al mejor zombie”, a pesar de que fuimos LOS UNICOS motherfucking zombies en la fiesta.
Es por esto que mi consejo para este Halloween es: si manejan no tomen, y si toman, no manejen. Si ven un cartel que dice "No alimentar a los osos"... NO alimenten a los osos. Y si ven a alguien disfrazado de momia con papel higiénico, soy yo.